Recuerdo cuando estaba ya en mis últimas semanas de embarazo, cuántas ansias tenía de conocer a mi bebé, por fin tenerlo en brazos! Me preguntaba ¿cómo sería la lactancia? ¿cómo sería dar a luz? ¿sería natural como me había preparado o cesárea por algún imprevisto? ¿cómo sería ser mamá? Me preguntaba de todo, pero no me preguntaba ¿cómo sería el post-parto para mi? ¿me sentiré bien físicamente, emocionalmente? … Qué poco conocía.
Cuando estamos embarazadas nos hablan de todo, del parto, del recién nacido, de las visitas, pero no recibimos mucha información sobre nuestro cuerpo y mente después del parto. Sólo que estaremos enamoradas de nuestro nuevo bebé, que no vamos a dormir igual nunca más, que el trabajo de parto puede durar horas de horas o que nunca se sabe y por ahí al final toca hacer una cesárea, uno escucha de todo y va sacando sus conclusiones. Pero antes de dar a luz ¿qué sabemos del nuestros cuerpos y cuidados como mujeres en los días posteriores al parto?
Al menos en mi caso no sabía mucho, por no decir casi nada. Así que voy a compartir cómo me fue (cada mujer es distinta, esta es mi experiencia personal).
Ya he contando antes sobre mi parto en sí, fue mágico y rápido, casi fácil. Al ser natural y sin complicaciones, salí hacia mi casa luego de 2 días, mi esposo, nuestro bebé, y un universo de desconocimiento y emoción. Estábamos tan emocionados y algo nerviosos que nos tomamos una foto en la puerta del cuarto y luego antes de subir al auto los tres, como nueva familia… Llegamos a casa.
Descubrimos que literalmente cuidar a un bebé requiere del 100% y más del tiempo (obvio), es 24 horas sin-parar (obvio de nuevo), entonces no podíamos cocinar y no habíamos hecho compras de comida, así que el primer día que ya era tarde comimos lo que encontramos atún con galletas de soda y agua.
Por toda la energía que requiere cuidar a un recién nacido y dar de lactar, es bueno considerar tener snacks saludables a la mano: fruta picada en tapers en la refri o fruta ya lavada lista para comer, frutas secas o barras energéticas naturales, cereal. Esos fueron mis aliados. También se puede tener fruta picada congelada para licuarla y tomar jugos.
Será por las hormonas, pero yo me moría de calor, siempre, en todo momento! Estábamos en cambio de estación, y mi ropa de verano estaba guardada, mi marido me ayudó a bajar la maleta de ropa de verano para poder usar unos shorts y polos de tiras que son más cómodos para la lactancia.
La lactancia, un proceso tan natural… nos costó al principio y requirió de trabajo, práctica y… ropa cómoda! Los polos con manga corta eran incomodísimos, a buscar los polos de tiritas o sueltos, porque no compré especiales de lactancia pensando que no eran necesarios.
El cuarto del bebé lo arreglé con mucho amor, el cambiador especial tan lindo. No lo usé hasta el mes, ya que siempre estábamos en mi cuarto y usé mucho un cambiador portátil de tela que podía estirar y doblar encima de mi cama.
Mi cuerpo, cuando salí de la clínica esperaba que en una semana ya estuviera deshinchada y más delgada. Al menos yo las primeras dos semanas estuve igual, incluso seguía reteniendo líquidos por unos días. Recién luego de dos semanas empecé poco a poco recuperar el cuerpo. Mi barriga empezó a deshinchase recién desde ahí. No fue inmediato. De hecho hoy que mi bebé tiene casi 9 meses, aún mi cuerpo y peso no es igual, por ahí nunca lo sea, dicen que el promedio es 1 año luego del parto.
Los sentimientos, ay los sentimientos. Estaba muy enamorada de mi bebé, pendiente de él, tanto que estaba pendiente siempre y dormía poco, la falta de sueño afecta a las personas. Me sentía muy feliz con mi bebé, pero hubo días en que no tenía ganas de ver visitas, tenía ojeras y mucho calor, a veces me sentía sensible, un día me pasó que una visita hizo un comentario sobre adelgazar después del parto y me sentí tan susceptible que sólo quería estar en mi habitación. Felizmente mi esposo ayudaba mucho, y me ayudó a tener espacios para dormir mientras él estaba con nuestro bebé. Es bueno tener una persona o más que nos ayuden en estos primeros días.
Todos dicen que ya no duermes, literalmente el primer mes no dormí… no más de 3 horas nunca y eso que 3 horas era motivo de celebración. Como le daba lactancia exclusiva y nos costó mucho poder lograrlo, eran 24 horas a la teta. Eso quiere decir, de nuevo la ropa cómoda es importante, que muchas visitas no se puede tener, y que siempre siempre tenía sed por eso tener refrescos y agua a la mano para tomar siempre. Yo tenía un termo en mi mesa de noche lleno de agua para poder tomar en las noches sin tener que pararme.
Las primeras semanas a veces me dolía la espalda, creo era por tener a mi bebé cargado o dándole de lactar. Me ayudaba una bolsa de agua caliente y por si hay inflamación en los senos, compresas de agua fría unos minutos al día o existen unas cremas especiales.
Finalmente aceptar ayuda, nuestra madre, esposo, alguna amiga o hermana, una persona de confianza, todo vale. Porque si, estaremos 100% con el bebé, pero también necesitamos comer, dormir, bañarnos, reír. Todo esto es importante, y recordar que mientras nosotras como mamis estemos bien, estaremos mucho mejor para cuidar a nuestros hermosos bebés.